Te lo mereces

No se si lo merezco. Directamente no se que sería merecer, alguien está llevando el recuento de nuestras acciones y las canjea por un evento espectacular o uno terriblemente doloroso como si fueran puntos del supermercado? Porque si es así, yo recuerdo que un martes de puntos dobles escuché una historia que podría haber evitado y abracé a un amigo que lo necesitaba. A su vez, lastimé a varias personas, eso en la lista me debe haber restado un montón. Pero juro no fue a propósito, fue como cuando llegas a tu casa tarde y no queres hacer ruido, te descalzas y caminas lentamente en la oscuridad, y de tanto cuidado por el ruido, te olvidas que hay una madera salida y la pateas, disparando una cadena de sucesos ruidosos que solo ocurrieron por el intento de no serlo. Uno no intenta lastimar, pero lo hace, y lo lastiman también.

A veces me sirve de consuelo, cuando estoy envuelto en una almohada queriendo dormir todo un domingo, pensar que yo también lo hice, yo también cargué con las partes de otra persona y se me cayeron, sin querer, pero ahí las dejé porque iba apurado, porque tenía miedo o porque simplemente era una escoria. Ahí la boca del estomago se me tranquiliza, el calor de la cara se me va, puedo transitar el domingo sin que me duela el pequeño círculo de reborde rosado y a veces verde, que acumula “historias” que no son para mi, sin sentirme víctima u olvidado. Más bien, olvidado si, pero un olvido amigado con el presente que me toca. Al final creo que me lo merezco, y pienso en aquellos, el dolor que les causé, como seguí con mi vida, ellos se estaban envolviendo en una almohada mientras yo seguí caminando sin mirar atrás. Les hablaría, les preguntaría como hicieron. Seguro su combustible fue el rechazo, y los entiendo.

Pero no me servirían, porque yo no odio, no sé ni si quiero olvidar, no sé si me olvidaron, no sé. He hecho de la ausencia de certeza, un placer. Quizás acompañado de que sos el ser randomico más hermoso que conozco y es la forma que tengo de acercarme a vos. No sé.