Un día llegué acá a escribir. Rota. Porque siempre que me rompo las palabras son curitas y me ayudan a poner todo en el lugar, solamente por un rato.
Como esa lastimadura en la rodilla, esa que te hace llorar pero le pones una curita y seguís corriendo porque igual está todo tapado.
Pero a veces la sangre no deja que la curita pegue, a veces corres tanto o estiras tanto la pierna que la curita se rompe.
Eso para mí es escribir.
A veces me cura, me tapa todo el dolor, y otras el dolor me sangra por la pierna y aunque escriba no se me pasa.
Hoy volví a escribir con Drexler de fondo e intentando que la curita funcione. Por suerte hoy no estire tanto la pierna, por suerte con cada renglón la curita pega un poco más.
Por suerte terminé de escribir y la lastimadura en la rodilla ya se me curó.