Traviesa melodía que trepa diez pisos,
escala los ladrillos con ritmo angelical,
acecha a su presa sin saber dónde,
pero con la certeza que está.
La doble ventana dificulta su trabajo
mas la atraviesa al fin,
para buscar su oído,
y enloquecerlo sin fin.
Tendido entre sábanas encuentra su destino,
y jugando lo enamoró.
Su sueño fue secuestrado
y ni siquiera tuvo reacción.
El valiente soñador
ahora duerme preso de una canción,
que estremece sus pelos,
y altera su corazón.
Rendido a sus pies busca un nombre,
para no perderla jamás
pero su sueño se esfuma
y la melodía anónima lo acompañará.
No será un trayecto cómodo,
el no abrazarla, loco lo volverá.
La buscará en sus sueños,
ya que olvidarla no podrá.
Y vivirá toda su vida,
lamentando haberse despertado,
su encuentro fue efímero,
su amor, inmortalizado.