¿Enamorado?

No creas nunca en ese estúpido enamorado. No le creas, no sabe por qué lo está haciendo. Sus móviles carecen de argumentos. El edificio de ilusión que construyó tambalea sin viento alguno.

Es iluso, se está dejando llevar por los sentimientos. Es joven, cree en cuentos de hadas. Es fácil para él vivir enamorado, total no tiene en qué preocuparse. De verdad, no le vayas a creer, piensa que conoció al amor de su vida, la fantasía aquella de la que todos hablan.

Mira como se comporta, queda petrificado y el pecho se vuelve una caja de resonancia inexorable, eso no es normal. Él no es normal. Tartamudea si el nombre se cuela en una conversación, no es de fiar. Cuando se cruza con ella no sabe como reaccionar, abrazarla es mucho, pero no quiere que se vaya.

La pelea porque dentro de su vocabulario tan acaudalado no hay palabras disponibles que estén a su altura, lo desnortea. Su sonrisa lo hace brisa. Disfruta de la lluvia, hasta cuando lo moja. Especialmente cuando lo moja. Es aniñado. Se creyó sus propias historias, la idealizó.

No, no, no está bien. Ese flaco está loco, no le vayas a creer. Enserio hagas lo que hagas, no le creas, porque te va a ir mal. ¿Para qué intentar? Yo acá estoy pensando en lo que pudo haber sido. Prefiero sumar adeptos al club de los what if. Acá estamos tranquilos sin mojarnos, sin tambaleo, hablando claro, sin ruidos en el pecho, normales. Esquivándola. Sin sorpresas. Sin derrotas. Aunque intente convencerte, no le creas. No le creas porque está enamorado.