Que injusto que a mi me guste ver florecer y a vos decaer. Mientras yo observo las flores de los árboles, vos sus ramas vacías.
A mi me gusta escuchar el sonido calmo del mar, y a vos el de sus olas impactando violentamente contra las rocas.
Dichoso quien disfrute del invierno tal y como vos, y que no lo padezca como yo.
Me duele pensar que nunca voy a disfrutar junto a vos de ver llover. Que nunca me gustarán observar esas ramas vacías que a vos tanto te agradan. Ni esperaré el frío polar de una noche de invierno para disfrutarla.
Pero lo que más me duele, es que mientras yo me desespero para que no caigan las flores del árbol que yo misma planté, vos, egoísta y cruel como siempre, solo querés que ellas mueran para mirar sus ramas vacías, las cuales solo vos disfrutas de observar.