Nunca había sido tan fácil hacerlo. Cuando te das cuenta que te hace mal, sabes que es hora de partir. Por más lagrimas que caigan, el dolor es temporal. Mirar hacia un costado y dejarlo atrás no te hace ser indiferente, en cambio, te enseña a amarte. Elegirte antes de elegir al otro. Renunciar no es el fin, sino una puerta abierta a algo mejor.