Me senté a ver el fuego danzando sobre las leñas como danzan dos recién casados su primer vals: con nervios, goce y emoción. El silbido de la brisa se mezcló con el de la caldera, quien avisaba a los gritos que el agua ya podía hacer el amor con los granos de café.
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Palabras finales
Terminé otro libro. Quizás ahora esté uno más cerca o uno más lejos. Creo que así es la vida, nunca se sabe si se está acercando o alejando. Caminar es leer un libro y moverte hacia un punto predeterminado, es acortar el montoncito de hojas color sepia que se ubica sobre el lado derecho, si se utiliza como centro el lomo del libro.
One-shot
Solo se escuchaban pasos débiles a la distancia. Entre los silencios del pentagrama, muy lejanos, muy intermitentes, aparecían de vez en cuando. Pero, mientras tanto, silencio. Silencio, nada más bello que cerrar los ojos, recostarse en el mostrador y reposar la cabeza entre los brazos cruzados, forzando al mundo en convertirse en una simple memoria.
Mi amigo brillante
Desde que lo conocí me atrajo su capacidad para ser él mismo, para mantenerse en sus pensamientos. Debo decir, brillantes pensamientos. Le gustaba también la música y el deporte. Era un aficionado. Amaba todo lo que hacía, y lo hacía bien. ¡Como para no amar así!
Humedad
Suceden ventanas climáticas desubicadas, suceden poco, pero cuando logran codearse de manera exitosa entra la neblina, la escarcha y la condensación en las ventanas, nos regalan un desacomodo placentero.
Color Negro
La oscuridad no existe, solo es la ausencia de luz, el hambre no existe, solo es la ausencia de comida. Es simplemente eso, una relación de dependencia.
Contenido del vaso
El tema es que también sabemos que nuestra sociedad carece de grandes cantidades de personas inteligentes y, aunque de estas abundaran, no hay nadie que nos pueda entender a la perfección. Es por esto que la compañía la encontramos en los vasos… bah, la encontramos en lo que ponemos adentro de los vasos.
El parecido con la luna
Hay días en los que quisiera perderme, poder encontrarme conmigo misma.
Ver el humo del tabaco volar con el viento. Sentir el calor de esa fogata, mientras el agua de algún lago acaricia mis pies.
Nada más
La angustia se apoderó de mi cuerpo. Esos momentos en los que a uno le gustaría que la vida fuera más simple, menos de mierda, esas ganas de que alguien decida por nosotros para lavarnos las manos ante eventuales –y obvios- finales infelices.
Espejo
Lloraba junto a mi amiga mientras ella me animaba para que tomara otro vaso de alcohol.