Me senté a ver el fuego danzando sobre las leñas como danzan dos recién casados su primer vals: con nervios, goce y emoción. El silbido de la brisa se mezcló con el de la caldera, quien avisaba a los gritos que el agua ya podía hacer el amor con los granos de café.
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Oda al silencio
Por su parte, el silencio es compañero de la esperanza, a veces la traiciona, pero siempre la alimenta.
El activo más valioso
Por momentos es difícil concebir y tener idea del tiempo. Aún más al ser joven, por más contradictorio que parezca. Uno pensaría que en el periodo que una mayor cantidad de cambios físicos y mentales de fácil notoriedad, se manifiestan, se podría percibir mejor el curso del tiempo, pero quizás tanta revolución sea la responsable de entorpecer el entendimiento del flujo temporal.
Renuncia
Elegirte antes de elegir al otro. Renunciar no es el fin, sino una puerta abierta a algo mejor.
Palabras finales
Terminé otro libro. Quizás ahora esté uno más cerca o uno más lejos. Creo que así es la vida, nunca se sabe si se está acercando o alejando. Caminar es leer un libro y moverte hacia un punto predeterminado, es acortar el montoncito de hojas color sepia que se ubica sobre el lado derecho, si se utiliza como centro el lomo del libro.
Invierno
Dichoso quien disfrute del invierno tal y como vos, y que no lo padezca como yo.
Como las galletitas
Una vez, cuando tenía cinco años, vi a mi tío comiendo unas galletitas con mucha pinta. Le pregunté qué estaba comiendo, para ver si lograba pescar alguna de esas delicias. Me comentó que se trataba de sus galletitas favoritas, las más ricas del mundo. Miré el paquete y noté que quedaba una, por lo que mi cara se apagó. Pero los tíos son maravillosos y siempre hacen lo que sea por iluminar –aunque sea por un ratito- la cara de un sobrino, por lo que me cedió la última.
Ridiculez
Hay días en los que me siento patética. Dar el lujo a enamorarme fue el primer error. Me duele mirarte a los ojos, los mismos que tanto me mintieron. O tus labios, los que juraban amarme y terminaron mirando a otro lado. A pesar de todo vuelvo a perdonarte. No me entiendo, tampoco a ti.Sigue leyendo «Ridiculez»
One-shot
Solo se escuchaban pasos débiles a la distancia. Entre los silencios del pentagrama, muy lejanos, muy intermitentes, aparecían de vez en cuando. Pero, mientras tanto, silencio. Silencio, nada más bello que cerrar los ojos, recostarse en el mostrador y reposar la cabeza entre los brazos cruzados, forzando al mundo en convertirse en una simple memoria.
Definiendo lo indefinible:
La poesía
es la encargada
los gritos mudos del corazón,
y también quien se encarga
de traducir sus latidos.