Hay días en los que me siento patética. Dar el lujo a enamorarme fue el primer error. Me duele mirarte a los ojos, los mismos que tanto me mintieron. O tus labios, los que juraban amarme y terminaron mirando a otro lado. A pesar de todo vuelvo a perdonarte. No me entiendo, tampoco a ti.Sigue leyendo «Ridiculez»